Hace ya unos años, en uno de mis paseos por el puente de Alcántara, mientras fotografiaba las placas talladas del arco honorífico, que se alza en la mitad del puente, pude observar un detalle que me llamó mucho la atención, me di cuenta que el puente de Alcántara tenía dedos. Unos dedos muy bien hechos, con su uña y todo, que tienen la labor de sujetar, a modo de escarpia, las placas conmemorativas que están a ambos lados del arco.
Sentí curiosidad por saber más de esas originales escarpias, y ha sido hace poco cuando di con un artículo de la Real Academia de la Historia que relata los estudios que se realizaron sobre restauraciones del puente después de 1850, donde se hicieron descubrimientos al respecto.
Os muestro el artículo completo y la foto de la escarpia que lo acompaña.
Sentí curiosidad por saber más de esas originales escarpias, y ha sido hace poco cuando di con un artículo de la Real Academia de la Historia que relata los estudios que se realizaron sobre restauraciones del puente después de 1850, donde se hicieron descubrimientos al respecto.
Os muestro el artículo completo y la foto de la escarpia que lo acompaña.
Cronología: 103-106
d.C.
Dimensiones: 2,5
x 8,5 cm.
Procedencia: Puente de
Alcántara,Cáceres
Fotografía que acompaña el articulo adjunto de la RAH.
Escarpia en forma de dedo del Puente
de Alcántara
El
Puente de Alcántara es una de las obras más soberbias
de arquitectura romana. Desde su construcción en
tiempos del emperador Trajano, entre el 103 y el 106 de la
Era, siempre ha llamado la atención, en especial a partir
del Renacimiento, pues lo documentan humanistas y estudiosos
como Florián de Ocampo, Ambrosio de Morales, Bernard de
Montfaucon, Enrique Flórez o Alejandro de Laborde.
Pero las guerras y avatares
del tiempo lo habían dañado y ya tuvo que ser restaurado por
Carlos V. En 1852, el arquitecto Agustín Felipe Peiró hizo un
informe para la Academia sobre su estado de conservación y de nuevo
en 1858 el ingeniero Luis Villanueva informa sobre la historia y
estado del Puente, enviando a la Academia calcos de las
inscripciones.
Poco después, en 1859, las
obras se encargaban al ingeniero Alejandro Millán bajo un estricto
control de la Real Academia de la Historia, a la que hizo llegar las
grapas de madera y plomo aparecidas entre los bloques de granito del
Puente, unos curiosos moldes en azufre fundido de las inscripciones
árabes grabadas sobre las lápidas romanas y una escarpia de bronce
en forma de dedo humano.
La escarpia es de forma
triangular plana en la parte embutida, mientras que el pernio
que sujetaba la placa de mármol de la inscripción representa un
dedo humano. Pegada a ella, ofrece la masa de plomo fundido empleada
para su fijación. Esta escarpia se había conservado en el pilar
meridional del arco honorario levantado en el centro del Puente para
sujetar una famosa lápida, hoy ilegible, recogida en el Corpus lnscriptionumLatinarum 11, nº- 760, que refería los
municipios romanos que habían costeado la obra y que era de mármol
por la dificultad de labrar con finura el granito empleado en la
construcción del Puente.
La Real Academia de la
Historia prosiguió hasta 1868 sus esfuerzos para lograr la
total restauración del monumento, incluido el arco, redactando
las lápidas conmemorativas del evento, entre las que se incluyó la
reproducción de la inscripción romana mencionada, que actualmente
puede verse en el lado oriental del arco honorífico.
Biblíografía: Sobre
el Puente de Alcántara y la ubicación de sus inscripciones,
LizGuirol, J., 1988, p.90 ss. Sobre la restauración, Celestino,
J. y Celestino, S., 2000, pp.69-77.
Texto procedente del Catálogo de la exposición Tesoros
de la Real Academia de la Historia. 2001. Ficha
escrita por Martín
Almagro Gorbea
A
continuación os muestro las fotos que saqué durante aquel paseo en el puente y
donde se aprecian las escarpias sujetando las placas.
Fotos: Antonio Jesús Pérez Toranzo